CURIOSIDADES - Uruguay '30

Hola, como soy un apasionado de los Mundiales he pensado iniciar un serial con las curiosidades mas llamativas de cada uno de los que se han disputado... Logicamente, comenzamos con el primero que se llevó a cabo; Uruguay 1930

El primer Mundial de fútbol se celebró en Uruguay porque se cumplía el centenario de la independencia de Uruguay y su equipo había triunfado en los Juegos Olímpicos de 1924 y 1928.

Italia, Hungría, Holanda, España y Suecia, los otros candidatos a organizarlo, ante la elección de Uruguay se negaron a participar y se dedicaron a boicotear el campeonato, empezando con la negativa de participar.

Por otro lado, Europa estaba en una profunda crisis económica (cualquiera diría que en España todavía estamos). Aparte, a los clubes les suponía perder a sus mejores jugadores por un periodo mayor de 2 meses, ya que el viaje Europa-América en 1930 no era a bordo de un crucero precisamente. "Vacaciones en el mar" tiene años... pero no tantos...

A pesar de que el gobierno uruguayo se había comprometido a pagar los gastos de viaje y estancia de todas las selecciones participantes, tan solo participaron 13 selecciones (y una porque "vivia" allí), y no hizo falta fase de clasificación para disputarlo. Todo aquel país que se inscribió, participó. Tan solo fueron 4 europeas.

El presidente de la FIFA, el frances Jules Rimet, viajó en barco hasta allí con el trofeo en su maleta. En el mismo barco viajaron Francia (obligados por Jules Rimet), Bélgica, Rumanía desde Europa y recogieron a Brasil y Argentina antes de desembarcar en Uruguay.

La selección rumana participó gracias a que Jules Rimet rogara al Rey Carol de Rumanía. El Rey eligió personalmente a los integrantes de su selección y pagó todos los gastos. La gran mayoría de ellos trabajaban para una firma petrolera inglesa, que se negaba a darles permiso para ir a disputar el campeonato (Inglaterra intentaba boicotear también el campeonato tras la elección de Uruguay). Entonces, el Rey Carol tuvo que mediar, y como la compañía tenía sucursales en Rumanía, tuvieron que dejar a los curritos que fueran a jugar al “fumbo”.

El sorteo de grupos no se realizó hasta que todos los equipos hubieron llegado a Uruguay, ya que ni ellos sabían finalmente cuantos equipos llegarían.

Era tal el descontrol, que el campeonato ni siquiera se jugó en los días que se decía en los carteles oficiales y promocionales.

Como las pelotas con las que jugaban por entonces eran tan duras, muchos jugadores se ponían boinas, y las rellenaban de cartón o periódicos para no hacerse daño.

La selección boliviana, para hacer la pelota al público, en su primer partido llevaban cada uno una camiseta con una letra. De modo que al hacer la foto de equipo se podía leer VIVA URUGUAY. Pero en el momento de la foto, hubo una baja del jugador que portaba la segunda U, de modo que para el recuerdo quedó VIVA URUGAY.

El Estadio Centenario de Montevideo, considerado como monumento histórico por haberse jugado allí el primer mundial no estuvo terminado de construir al comienzo del mismo. 5 días después de empezado el campeonato se inauguró con un Uruguay-Perú, con el cemento aun húmedo, donde la gente pudo dejar su firma y con los obreros sacando sacos de cemento de los vestuarios a la vez que los jugadores entraban para cambiarse. Aun así, lo construyeron en menos tiempo de lo que tardamos en Málaga en remodelar La Rosaleda hace apenas 5 años.

La final la disputaron Uruguay y Argentina, los 2 grandes rivales de la época y se jugó cada una de las 2 partes con un balón diferente, porque las 2 selecciones querían jugar con su balón.

Durante todo el campeonato, los Argentinos fueron increpados y apedreados en sus desplazamientos y hoteles.
Ante el ambiente hostil, muchos argentinos se borraron del partido y la estrella de Argentina “Varallo” dijo que estaba lesionado (siendo verdad). Ante esto, y como no habían llevado médico propio, tuvieron que solicitar uno uruguayo, que resultó ser el hijo del presidente de Uruguay… El pronóstico fue que no podía jugar, pero los dirigentes argentinos no lo creyeron y pusieron a Varallo a pegarle patadas a una pared para ver si podía o no jugar. Tras semejante estupidez, igualmente lo pusieron en el campo, simplemente, porque los socios de uno de los dirigentes argentinos se habían desplazado hasta Uruguay para verlo jugar, y como por entonces aun no se podían hacer cambios, a los 15 minutos de juego, Argentina se quedó con uno menos por retirada del jugador.

Al descanso, los albicelestes iban ganando 2-1, pero el panorama no podía ser peor ni mas hostil. Los uruguayos jugaban duro y el árbitro no pitaba nada. Monti, otro jugador argentino que había recibido amenazas hacia el y su familia, y que había suplicado no jugar, entre lágrimas dijo al descanso “si hoy ganamos, nos matan a todos”, y jugó totalmente cohibido.

Con los años se ha descubierto que las amenazas a Monti y a su madre eran cosa de la mafia italiana, comandada por Benito Mussolini… el motivo era que Argentina no ganase y que Monti fuese completamente humillado y maltratado por su propia afición, para que aceptase a jugar con Italia (anfitrión de 1934) al campeonato siguiente.

Cuando salieron a la segunda parte y vieron a trescientos militares con bayonetas, se terminaron de acojonar, y jugaron la segunda parte sin intensidad alguna. Si en algún lance algún jugador charrúa se caia al suelo, iban rápidos a levantarlos y a preguntar si se habían hecho “pupa”. El resultado final fue 4-2, y los uruguayos finalmente remontaron y ganaron.

Muchísimos aficionados argentinos se desplazaron para ver la final… pero llegaron con el partido ya terminado. Los barcos de por entonces se ve que no eran el AVE.

El árbitro designado para pitar la final de aquel mundial, exigió a la FIFA un seguro de vida en caso de que el equipo local perdiera.

Tras el campeonato, la rivalidad entre argentinos y charruas era tan marcada y furiosa, que Carlos Gardel trató de mediar y decidió reunir a las 2 expediciones en París para disfrutar juntos de un recital programado de una orquesta famosa… Aquello terminó con un Stradivarius partido en la cabeza de un jugador uruguayo.

Evidentemente, las cosas no se arreglaron, y 5 años después, cuando ambas selecciones tuvieron que volver a jugar un partido, las dos se negaron a utilizar su indumentaria habitual porque consideraban una ofensa y un deshonor jugar con sus colores ante sus enemigos.

Días después de terminado el Mundial, los 2 mismos italianos que habían amenazado a Monti se le presentaron en su casa con una oferta millonaria y un coche para que fichara por la Juventus de Turín.

Por supuesto, después de que sus compatriotas lo hubiesen tratado como a un gusano tras el lamentebla partido que jugó en la final, aceptó. La jugada de Mussolini había salido redonda.

El día que Uruguay ganó el Mundial, fue proclamado fiesta nacional por el gobierno charrua.

En la foto, en Soccer City... estadio principal de un Mundial, 80 años después...